“las comunidades deben de asumir la gestión ambiental de su propio territorio, partiendo del reconocimiento de la necesidad de un medio natural sano, para garantizar un bienestar colectivo fundado sobre principios de cooperación y apoyo mutuo”.
Durante los últimos años, el termino gestión ambiental a adquirido denotada significancia entre la instituciones estatales y académicas de medio ambiente, sin embargo su funcionalidad aun sigue siendo ajena para la mayoría de comunidades que desconocen la importancia de la gestión ambiental. Esto sin dudas se convierte en un fuerte obstáculo para los procesos de restauración y conservación de ecosistemas que necesitamos hoy.
Este problema no se reduce tan solo a una cuestiona educativa, como lo plantean tanto entidades estatales como gran mayoría de ONG ambientales, si no que sus raíces se hallan en un trasfondo político-económico.
El centralismo ha generado una relación dependiente de las comunidades para con el estado; que para asegurar su control político sobre estas, fomenta la creación de organizaciones intermediarias como las JAC, comités ciudadanos y demás, que no son más que ilusiones de un descentralismo inexistente, esto es un factor trascendental que inhibe la autonomía de las comunas, en términos político-administrativos y por lo tanto de la gestión de los recursos naturales con los que cuentan.
Este control por parte del estado-capital sobre las comunidades no están solo de carácter político-económico sino que también se da en términos sociales, en este sentido el capitalismo ha buscado condicionar las relaciones comunitarias a su conveniencia, mediante la educación, la estructura laboral y los medios de desinformación se fomenta la competencia insolidaria, el egoísmo y demás elementos antagónicos a valores realmente sociales propios de una comunidad como la solidaridad y el apoyo mutuo, además de problemas sociales como la delincuencia, de un trasfondo estructural del sistema económico, que forman ambientes de miedo en las comunidades, lo cual usa estratégicamente el estado para desarrollar sus políticas de seguridad, reforzando el pie de fuerza represivo, tendiente en realidad a eliminar toda oposición al sistema.
En estos términos la gestión ambiental institucionalizada no responde a la necesidad de recuperación y preservación ambiental, puesto que no sirve mas a que los intereses de control del capital.
La autogestión ambiental es decir la gestión de los recursos naturales por parte de las mismas comunidades en términos de equidad mediante la horizontalidad y asamblearismo, es la contraposición que se puede dar frente al control del capitalismo sobre el medio ambiente.
Para generar esta autogestión ambiental se hace necesario la reconstrucción del lenguaje comunal, desde el cual fortalecer la organización, dinamizando la espontaneidad, la creatividad en un espacio de solidaridad y apoyo mutuo; sumado a esto un redescubrimiento por parte de las mismas comunidades de las relaciones ecológicas existentes entre estas y los ecosistemas.
Con estos elementos la autogestión debe de abordar problemáticas desde el mismo territorio local; la protección de zonas verdes, rondas hídricas, bosques y humedales y la reivindicación de estos como espacios necesarios para el bienestar colectivo, representan una de las tantas luchas que se pueden dar desde la autogestión ambiental y que deben de trascender de la línea reivindicativa a procesos radicales de transformación social.
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